En noviembre de 2021 los distintos líderes mundiales se reunieron en la COP26 en Glasgow, Reino Unido, con el fin de lograr nuevos acuerdos medioambientales. Estas determinaciones tienen el fin de contener el calentamiento global mediante la reducción de carbono entre otras medidas para la industria del procurement.
Uno de los acuerdos que dejó esta COP26 es el de reducir las emisiones de carbono del grupo de alcance 3. Este grupo está ligado a la industria de procurement o abastecimiento. Esto es algo nuevo ya que anteriormente solamente los grupos de alcance 1 y 2 (combustión de combustibles, electricidad y vapor) eran aquellos que estaban sujetos a estas normas.
Bajo estas nuevas normativas los esfuerzos se concentran en los directores de la cadena de suministro, puesto que bajo su dirección es donde se producen la mayoría de emisiones nocivas.
Que las empresas de procurement midan sus emisiones de gases puede traer consecuencias positivas para el mismo negocio. Esto se puede dar a través de alternativas de eficiencia energética y disminuir los costos excesivos. Por otro lado, también lograría haber mayor trazabilidad de la cadena de suministro.
A pesar de esto, las cadenas de abastecimiento poseen una estructura compleja de trabajo y trazar las emisiones de carbono eficazmente de toda la cadena es un trabajo difícil de realizar detalladamente.
Las consecuencias que estos acuerdos pueden traer para el procurement aún no están del todo claras.Si se analizan los países de la Unión Europea en donde podemos ver que el costo del carbono se duplicó en 2021 tras la COP26, en cuanto se aceptaron las medidas para la descarbonización.
Aunque los acuerdos tomados durante la COP26 no son legalmente vinculantes, estos fueron firmados por casi 200 países. Entre estos se encuentran Chile, Perú, Colombia y México. El enfoque final es de contener el calentamiento global a 1,5 ℃ por encima de los niveles preindustriales.
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