La pandemia provocó, entre otras cosas, la necesidad de evaluar de manera más precisa la manera en que las empresas gestionan sus áreas de abastecimiento o departamentos de compras. Con los métodos adecuados, las empresas pueden identificar y obtener oportunidades de ahorro en sus adquisiciones.
Según concitó un reporte de la consultora Deloitte, los Jefes de Abastecimiento (CPO) se proponen, por lo general, conseguir reducciones de costos año tras año que sean de un 3% o superiores. Pero, a menudo, la parte más difícil del desafío no radica en alcanzar dicho objetivo sino en implementar una metodología innovadora que genere beneficios a largo plazo.
Una encuesta de la firma mencionada, realizada durante el tercer trimestre de 2021, detectó que el 44% de los Jefes de Finanzas (CFO) informaron que la escasez o los retrasos en la cadena de suministro han aumentado su los costos de las empresas en 5% o más. Casi un tercio de ellos (32%), informó que como resultado, sus ventas de 2021 han disminuido. Asimismo, el 28% se están preparando para enfrentar más daños a sus ventas durante el presente año.
Históricamente, los CPO se han centrado en mejorar el abastecimiento mediante la consolidación de la base de sus proveedores más importantes. Es por esto que asignan sus mejores recursos a contratos de alto valor para categorías de materiales directos, como materias primas o productos terminados. Es decir, insumos y bienes que contribuyen directamente a impulsar el crecimiento, la rentabilidad y las ventajas competitivas del negocio. Esto es lo que se conoce como “gasto directo”.
Pero no se debería pasar por alto el inmenso potencial del gasto indirecto como un ecosistema en donde es posible generar grandes ahorros. El procurement (abastecimiento) ha progresado en importancia estratégica y hoy en día se están utilizando muchos recursos y herramientas para generar una provisión efectiva de todos los materiales requeridos por las empresas. Pero estos avances suelen centrarse demasiado en el gasto directo y poco en el indirecto, pese a que éste último puede representar hasta el 40-50% del gasto total de una empresa (Kamperin y Kanmert, 2020).
Estos costos indirectos incluyen servicios tales como consultorías, gestión de viajes e instalaciones y productos como equipos de oficina y/o servicios que son requeridos para llevar a cabo las operaciones rutinarias de una organización. Estos tipos de gastos indirectos son, además, muy similares entre diferentes tipos de empresas e industrias, por lo que existe un alto potencial de ahorro para todos los rubros.
Con las estrategias adecuadas, las empresas pueden ahorrar entre un 10-15% en sus gastos indirectos, según un informe de Planergy. Estas estrategias están disponibles en el mercado latinoamericano mediante herramientas de e-procurement como Wherex basadas en Inteligencia Artificial y Data Analytics. Mediante estas tecnologías emergentes se pueden obtener importantes beneficios como apertura a nuevos proveedores con precios más competitivos y un eficiente control de los riesgos asociados a la gestión de compras.
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