1. Investigación y mejora del flujo de trabajo

La inteligencia artificial generativa ofrece la promesa de simplificar el proceso de adquisición, haciéndolo más ameno. Mediante el uso de chatbots, los usuarios pueden ser guiados eficazmente a través de las etapas de adquisición, recibiendo recomendaciones prácticas sobre cómo iniciar, los pasos a seguir, asistencia en el completado de formularios y en la gestión de aprobaciones, todo dentro de una interfaz amigable y fácil de usar. Las aplicaciones para adquisiciones son, por naturaleza, complejas y poco atractivas; los chatbots tienen el potencial de transformar un proceso que podría ser intimidante en una experiencia accesible, creando un flujo de trabajo más dinámico y natural con significativamente menos «clics de frustración».

2. Limpieza y categorización de datos

Entendemos que la adquisición de datos a menudo se convierte en el cementerio de la información desordenada. Clasificar y refinar millones de filas de datos puede resultar frustrante, monótono y frecuentemente inviable. Sin embargo, trabajar con datos defectuosos desemboca en análisis erróneos y conclusiones imprecisas. La inteligencia artificial generativa posee el potencial de perfeccionar vastos conjuntos de datos mediante la incorporación de información basada en «la mejor hipótesis», aumentando progresivamente su precisión.

3. Contratos

La utilización de inteligencia artificial para la creación de contratos está ganando notable interés. Hasta la fecha, la inteligencia artificial de tipo generativo ha probado ser eficaz en la elaboración de un «primer borrador» o plantilla inicial para una diversidad de documentos legales comunes, logrando resultados bastante satisfactorios. Según el conjunto de datos utilizado, estas tecnologías innovadoras en IA pueden identificar mejoras potenciales, analizar PDFs y otros formatos de texto, y ayudar a enriquecer los metadatos de contratos existentes, mejorando así su calidad y relevancia.

4. Análisis predictivo de datos

Dada la vastedad de los conjuntos de datos, la inteligencia artificial generativa posee la capacidad de realizar predicciones sorprendentemente precisas y responder a preguntas de seguimiento derivadas de un análisis inicial. Quienes han elaborado informes ejecutivos comprenden que generar una predicción suele desencadenar un aluvión de interrogantes adicionales: ¿Qué sucede si se aplican filtros exclusivamente para clientes en regiones específicas? Este tipo de exploraciones profundas en los datos representan un desafío considerable para los analistas y los equipos de inteligencia empresarial (BI), aunque una solución práctica podría estar más al alcance de lo que imaginamos.

¿Nos van a reemplazar las inteligencias artificiales?

Los robots requieren orientación, supervisión y auditoría por parte de sus usuarios. Nuestra recomendación respecto a la IA es similar a la de cualquier tecnología de automatización: es impresionante, pero no es mágica. Necesita que las personas se encarguen de su diseño, implementación y seguimiento para evitar desviaciones. Aspectos como la precisión, la ética, los sesgos, el cumplimiento y los procesos comerciales siempre exigirán una supervisión humana. En vez de resistirse al futuro, los profesionales de compras deben estar informados sobre las capacidades reales de las nuevas tecnologías, comprender sus limitaciones y aplicar el sentido común para automatizar adecuadamente, de forma que no incrementen el riesgo para la empresa.

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